What do Trump and Harris think about mental health?
Son 335 millones de ciudadanos. Es uno de los estados más poderosos y se enfrenta a una encrucijada de carácter histórico, con más polarización que nunca. Los dos aspirantes a presidir el país tienen enormes diferencias en buena parte de los terrenos. También en salud mental. Lo que decida el futuro inquilino de la Casa Blanca sobre este terreno también influirá, sin duda, a nivel internacional. Los retos son enormes. Allí y aquí. Según datos de Mental Health America, casi 43 millones de norteamericanos adultos han mostrado trastornos de ansiedad, 46 millones tienen un trastorno por abuso de sustancias y 22 millones sufren depresión grave.
La candidata del partido Demócrata, Kamala Harris, saca pecho de su actuación como vicepresidenta y sostiene que ha aprobado medidas clave como capacitar a 14.000 profesionales de salud mental en las escuelas -un debate, una necesidad, también presentes en Catalunya y el conjunto del Estado. Dicho lo cual, en una entrevista a finales de septiembre, la candidata admitió que la salud mental es uno de los principales fracasos de las políticas públicas en Estados Unidos. “Hemos actuado -admitió- como si el cuerpo comenzara desde el cuello hacia abajo, en lugar de entender que necesitamos atención médica desde el cuello hacia arriba; crecer en la pobreza o rodeado de violencia provoca traumas, cuyos efectos a menudo duran toda la vida”. Por ello considera fundamental la intervención temprana porque “si no se diagnostica, no se puede tratar”.
Trump no dedica ni una línea específica en lo más parecido a su programa (el documento 2024 Gop Platform) pero sí a la salud en general, con mensajes como que “los costes de atención médica y medicamentos recetados están fuera de control” por lo que mejorarán la “transparencia” y promoverán “la elección” para lograr “nuevas opciones de atención médica asequible”. “Que las personas mayores reciban la atención que necesitan sin tener que soportar costes excesivos”, prometen. También en materia de salud Trump usa la inmigración y promete “poner fin a las viviendas de lujo y los beneficios” para inmigrantes ilegales y usar este diner para “albergar y tratar a Veteranos de guerra sin hogar” y ampliar la atención médica a este colectivo.
¿Qué han hecho y qué proponen?
Según el informe de un organismo que estudia las políticas de salud, conocido como KFF, Trump propone devolver a los psiquiátricos cerrados a “aquellos con enfermedades mentales graves y trastornos profundos”. “Los traemos de regreso a las instituciones mentales, donde pertenecen“, sostiene. Esto está a las antípodas de las políticas comunitarias y sociales que se promueven en Catalunya y en el conjunto del Estado. Trump apoyó una derogación de un organismo que favorece el acceso a seguros médicos, y recortes a Medicaid, que reducirían la cobertura y acceso a servicios de salud psicológica. Firmó legislación en la pandemia para expandir Clínicas Comunitarias Certificadas de salud psicológica. Y una línea directa respecto al suicidio de veteranos de guerra.
Pero, como indica un análisis de Lanhee J. Chen, académico de la universidad de Stanford, la “imprevisibilidad y tendencia a romper con puntos de vista ortodoxos” de Trump hacen que para diversos actores implicados en las políticas la salud sea todo un reto prepararse por si es reelegido.
La administracion de Biden, con Harris de vicepresidenta, ha dirigido un plan para abordar la salud mental maternal con una línea telefónica directa, capacitar a proveedores y extender la cobertura médica de salud mental posparto dentro del programa Medicaid. Ha infertido para ampliar el tratamiento de la salud mental y el abuso de sustancias, y llevarlo también a los niños, familias y poblaciones desatendidas y abordar la escasez de profesionales de la salud mental, mediante una flexibilización de las licencias.
También abordó una ley que aumentaba los servicios de salud psicológica en las escuelas. Y fijó tiempos máximos de espera para las citas de salud mental, entre otras medidas.
La epidemia de los opiáceos
Ambos tienen propuestas respecto a un auténtico terremoto, el provocado por la epidemia del consumo abusivo de opiáceos.
Trump propone restringir la ley sobre opioides, con políticas de frontera restrictivas y contundencia para las personas sin hogar con necesidades de salud mental y uso de sustancias: “Poner fin a la pesadilla de las personas sin hogar, los drogadictos y los trastornados peligrosos“.
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Harris, en el mandato de Biden, ha ampliado los fondos para dar respuesta a los opioides, y en este sentido ha reducido las barreras a los medicamentos para el trastorno por uso de estos medicamentos. Se aprobó un “Desafío para a salvar vidas de sobredosis”
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